HOMBRES VIEJOS, DISCURSOS NUEVOS

Las geografías inciertas de sus sienes, y sus ruegos
Por lograr que la gente lo venere, casi esclavo
De los gestos que adulen sus decires
Y sus luces que destellan de su lengua
Y de su mente                                          bajo el cielo.

Con lo rancio de las noches de los días, va pasando
Y mezclando sus sabores de “yacuzzi”, de limones y fragancias
Preparadas, que al frotarse en sus axilas zigzagueantes acompañan
Al discurso previamente ejecutado en el espejo, días antes
Como flechas a los pobres y sus sueños, y un quejido
Encarnando las angustias populares, en sus cuerdas vocales
Mentoladas con enjuagues y tabaco, y la voz que va creciendo
Emulando a los reclamos del obrero, que sin techo,
Sea propio o sea ajeno, se levanta con su puño y su ronquera
Obtenida por lo áspero del ruedo
Cotidiano, siendo lo fabril febril y obsceno,
Mientras, toda enjabonada en clase alta,
La mujer del disertante, hace “shopping” en Palermo
Hollywood, Alto Abasto o un nuevo centro
Que entre muchos “cabecitas” construyeron
Sin saber cómo se llaman los artículos
preciados, que se exponen en vidrieras a alto precio.

Los desprecios recibidos por los hijos
Que mendigan en la calle, del obrero,
Son el punto de emoción más elevado
En el mitin que se escucha en los parlantes
Que retumba la ilusión que va de nuevo, a pisar
La indiferencia desgastada de los chicos, los adultos y los viejos
Que jamás podrán comprarse cosas caras, pero sí podrán comprar discursos nuevos.

Autor: @ConiglioFabian
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No existen las palabras necias,
existen los necios que las pronuncian.

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