(Amplio living. Nicolás
lo recorre y mira sin prisa todos los cuadros, diplomas y biblioteca. Viste
traje).
(Entra por la derecha
Carmen, vestida con una túnica hindú, con collares y el pelo suelto).
Carmen –Hola.
Nicolás (sorprendido)
–Hola, mucho gusto.
Carmen (se acerca y
estrecha su mano) –Igualmente. Soy Carmen.
Nicolás –Y yo el
licenciado Nicolás Pérez Carrillas. Te consulto: ¿ya estará disponible tu
jefe? Me citó a esta
hora por el cargo de Gerente de Diseño de la empresa.
Carmen –No es mi
jefe.
Nicolás –La verdad me
siento alagado que me haya convocado en su casa porque otras veces… ¿qué? ¿No
trabaja para él?
Carmen –No. Vengo por
la misma entrevista.
Nicolás –Ah. (Pausa).
Linda vestimenta.
Carmen –Gracias. La
compré en la feria. De oferta.
Nicolás -¿Cuestiones
religiosas, culturales…, una promesa, estrategia atencional?
Carmen –Comodidad. Me
ventilo más fácil. Puedo dormir más si no tengo que pensar qué ponerme o cómo
peinarme al levantarme.
Nicolás –Ya veo. Buen
punto. Yo, la verdad estoy un poco nervioso. Estuve en muy buenos puestos en
empresas internacionales, pero nunca en uno con la importancia de la Rotemberg
& Company.
Carmen –Por suerte yo
no estoy condicionada porque nunca trabajé en otra empresa. A propósito,
¿licenciado en qué me dijiste que eras?
Nicolás –No le dije.
Licenciado en Recursos Humanos, Diseño y Proyección Internacional. También
estoy haciendo una maestría en Estrategias tecno-corporativas. Y un curso de
diseño de páginas web. Y otro de telemercadeo orientado a las nuevas políticas
navieras para la Comunidad Europea. El sábado termino un curso por Skype.
Carmen -¿De marketing
o algo así?
Nicolás –No, de
escritura teatral. Para diversificar los conocimientos. Lo leí de un gran CEO.
Bueno, ya no hablemos más de mí. Y usted, ¿licenciada en qué?
Carmen (Ríe
estrepitosamente) -¿Licenciada? Nooo. Apenas terminé la secundaria. La verdad
siempre me mantuvo mi familia. Lo que sí, leo mucho, me relaciono con mucha
gente, viajo mucho y tengo sobre todo una gran, pero gran intuición. Pero nada
más que eso.
Nicolás –Disculpe,
sin ofender, pero me llama la atención que haya llegado a esta instancia de la
preselección para este puesto que, obviamente no se le ofrece a cualquiera.
Carmen –Y bueno, tal
vez, ¡tráfico de influencias! (ríe) No, jajaja, era un chiste.
Azcurra (Entra por la
izquierda) –Buenas noches señores. Soy El licenciado Federico Azcurra, jefe de
contrataciones de la Rotemberg & Company, empresa a la que aspiran ingresar
como Gerentes de Diseño. Pero, como saben, sólo uno de ustedes lo podrá lograr.
Por eso los citamos en mi casa, porque con mi equipo consideramos que en
ambientes no laborales es donde mejor se conocen a las personas. ¿Están de
acuerdo en seguir con la entrevista?
Nicolás –Je, en mi
caso, licenciado, no tengo problema. Leí lo suficiente sobre las nuevas
corrientes que propician dinámicas como las del “casual day” a los efectos de
trabajar mecanismos alternos con los empleados de las grandes corporaciones. Sé
que la exigencia de este puesto se corresponde con la magnitud de la empresa
que lo requiere. Por mí, debe despreocuparse, je. No se la señorita, (mira a
Carmen) con todo respeto, si podrá afrontar la prueba.
Carmen –Gracias por
lo de señorita, Nicolás. ¿No te ofende que te diga por tu nombre en lugar de
llamarte por tu título?
Nicolás –En absoluto.
Me remonta a mis años mozos.
Carmen –¿Trabajaste
en un bar?
Nicolás –Con todo
respeto, no tuve el gusto.
Carmen –¿El gusto?
Juaaa. La verdad que hay que tener mal gusto para tener el gusto de depender de
los antojos de los comensales y sin embargo atenderlos fingiendo con la mejor
sonrisa.
Nicolás –Mire
licenciado, creo que su tiempo es muy valioso y no quisiéramos distraerlo con
nuestras pláticas inconducentes.
Azcurra –En absoluto,
caballero. Disfruto y me solazo en el nivel de competitividad que denoto en sus
“pláticas inconducentes”.
Nicolás –Con el
debido respeto, licenciado, espero no haberme expresado de manera incorrecta al
tratar de inconducente la amable charla con la señorita. Tampoco me mueve el
afán de la competencia deshumanizadora, muy por el contrario, creo que al mantener
las formas, trato también de ofrecer el mayor de los respetos con quienes me
relaciono.
Azcurra –Bien, si me
permiten…
Nicolás –Adelante,
nomás, licenciado.
Azcurra –Como les
decía, si me permiten, pasaremos a la primera parte de esta extensa entrevista.
Comenzaremos con un examen proyectivo. Digo una palabra alternando con cada uno
de ustedes y en un segundo deben decir otra que les salga espontáneamente.
Nicolás –Je, esto se
pone interesante. Felicitaciones licenciado.
Azcurra –Bien,
entonces comienzo. Ante la primera palabra, completa Carmen, ante la segunda
Nicolás y así sucesivamente. Recuerden que no deben pensar, sólo responder.
Nicolás (refregándose
las manos) –Espero poder responder con rapidez y no pisar el palito, je.
Azcurra –Empecemos: “loción”.
Carmen –“Camello”.
Azcurra
–“Ventilador”.
Nicolás –Emmm…
“limpio, aire, luz”.
Azcurra –Una sola
palabra, Nicolás.
Nicolás –Sí, perdone
licenciado, me traicionó la emoción. Espero no haber defraudado sus
expectativas… digo, las expectativas de la empresa.
Azcurra –Seguimos.
“Parlante”.
Carmen –“Camellos”.
Nicolás
(interrumpiendo) -¡Ya lo dijo, ya lo dijo!
Azcurra –Nicolás, por
favor, es un test proyectivo. Si a Carmen dos palabras distintas le sugieren la
misma palabra, usted no se preocupe. ¿Estamos?
Carmen –Aparte eran
otros camellos distintos. ¿Cómo se llaman los que tienen dos jorobas?, ¿o eran
los que tienen una sola joroba?
Azcurra –Bueno, no
importa. Pasamos una palabra más para cada uno y será suficiente.
Nicolás –Entendido
licenciado. Soy todo oídos.
Azcurra
–“Externocleidomastoideo”.
Carmen –“Cigarrillos”.
Azcurra –“Prisión”.
Nicolás –“Libertad”.
¡No, no, no!, ¿puedo cambiar? Se me ocurrió una mejor.
Azcurra –No, no se
puede Nicolás. Pero no se aflija. Lo está haciendo muy bien.
Carmen –Este
ejercicio me dio ganas de fumar. ¿Puedo salir a fumarme un Camel?
Azcurra –Vaya, la
esperamos.
(Sale Carmen).
Nicolás –Con el
debido respeto, licenciado, ¿le puedo formular una pregunta?
Azcurra –Pregunte
nomás con confianza.
Nicolás –No sé muy
bien cómo encuadrar la pregunta… Sería… no se… verá…
Azcurra –¿Por qué son
tan diferentes los dos perfiles que quedaron finalistas para el puesto?
Nicolás –Algo así.
Azcurra -¿Y usted qué
pensó al respecto?
Nicolás –¡Ah! ¡Ya
entendí, y los felicito, los fe-li-ci-to! Lo ví en alguna película. Ya me
parecía. ¡Me ponen a prueba con una actriz que finge ser otra candidata y a
partir de allí me evalúan! ¡Magistral! ¡No caí en la trampa pero fue magistral
de todas maneras! ¿Hubo otros candidatos antes que yo y que no se hayan dado
cuenta?
Azcurra –Nicolás, le
juro por lo que más quiero que Carmen no es ninguna actriz de reparto como
usted maquina. Me parece que vio muchas películas, amigo…
Nicolás –No creerá
que pierdo mi tiempo en distracciones superfluas, por favor. Y disculpe mis
maquinaciones. Tal vez me juegue en contra la ansiedad que tengo por obtener
este puesto, para el que creo, modestamente, estar preparado.
(Entra Carmen)
Carmen –Perdón.
¿Seguimos? (se sienta).
Azcurra –Sí, por
favor. En este segundo momento cada uno va a elegir el nombre de una fruta con
la cual se identifique.
Nicolás –Perfecto.
Para esto soy bueno. Je, esto me gusta.
Azcurra –Bien,
empezaremos. La fruta puede ser… (Carmen se acomoda en la silla)… ¿qué es ese
sonido? (Pausa)… ¿Y ese olor?
Nicolás -¿Qué
sonido?, ¿qué olor? No siento nada.
Carmen (Señalando a
Nicolás) –Fue él.
Nicolás -¿Qué? ¡Yo no
hice nada!
Azcurra –Nicolás,
¿está diciendo la verdad?
Nicolás -¡Por favor
señor mío! ¿A usted le parece que tengo aspecto de ser esa clase de personas?
Con el debido respeto, ¡no me ofenda!
Azcurra –¿Esa clase
de personas qué? ¿Que no dicen la verdad o que emanan flatos?
Nicolás -¡No! ¡Que no
dicen la verdad!... ¡ni que emanan flatos en público!
Carmen –¿O sea que yo
sí tengo ese aspecto?
Nicolás -¡Por favor
señorita, no me haga perder la paciencia! ¡Seamos realistas! ¡Si acá hay
alguien que tiene el talante para el puesto, indefectiblemente soy yo! ¡Esa
toga de medio pelo no la hace ni creativa ni mucho menos respetable para una
empresa como esta! ¡Y esos pelos, que más que pelos son chuzas! ¡Por favor! Y
usted, licenciado, ¡no me diga que este pajarraco puede ser “Gerente de Diseño”
de su empresa si no puede diseñar su propio vestuario! ¡Por favor! ¡Con el
debido respeto! Estoy desilusionado, de-si-lu-sio-nado. Me voy, porque creo que
me merezco un lugar mejor. Muchas gracias y buenas noches. (Se va).
Azcurra (Pausa) –Sorprendido.
Ganaste la apuesta.
Carmen –Yo te decía,
el de ayer le ganó por lejos. Una Rotemberg si hay algo que tiene es intuición.
@ConiglioFabian
Si no es molestia, agrega tu opinión sobre el texto clickeando a la izquierda del mismo, donde dice “Comentario”. ¡Gracias!
Si no es molestia, agrega tu opinión sobre el texto clickeando a la izquierda del mismo, donde dice “Comentario”. ¡Gracias!
0 comentarios:
Publicar un comentario